1. Usar cualquier tipo de jabón o detergente
Uno de los errores más comunes es utilizar productos de limpieza domésticos como detergente de platos o jabones de uso general. Estos productos están diseñados para eliminar grasa y suciedad de los platos, pero pueden eliminar la cera protectora de tu auto y dañar la pintura.
Solución: Siempre utiliza un shampoo de pH neutro específico para autos, que no solo limpia sino que también protege la pintura.
2. Lavar el auto bajo el sol directo
La exposición al sol puede hacer que el agua y los productos de limpieza se evaporen rápidamente, dejando manchas en la carrocería.
Solución: Lava tu auto a la sombra o en las primeras horas de la mañana o al final del día cuando el sol es menos intenso.
3. Usar esponjas ásperas o toallas viejas
Las esponjas duras o toallas desgastadas pueden causar rayones microscópicos en la pintura del auto.
Solución: Opta por guantes de microfibra de alta calidad que son suaves y no causan daño en la superficie.
4. No enjuagar bien antes de aplicar el jabón
Aplicar jabón directamente sobre un auto sucio sin enjuagarlo primero es como frotar la suciedad y los desechos contra la pintura, lo que puede causar rayones.
Solución: Enjuaga bien el auto con agua antes de aplicar cualquier jabón para eliminar la suciedad superficial.
5. Frotar en movimientos circulares
Muchas personas limpian el auto en movimientos circulares, lo que aumenta las posibilidades de dejar marcas en la pintura.
Solución: Lava siempre en movimientos rectos, de un lado a otro, para minimizar el riesgo de rayones.
6. No utilizar cera después del lavado
El lavado puede eliminar la capa de cera protectora del auto, dejándolo vulnerable a los elementos, como la exposición al sol y la lluvia.
Solución: Aplica cera líquida o en pasta después del lavado para proteger la pintura y darle un brillo duradero.
7. Dejar que el auto se seque al aire
Permitir que el auto se seque al aire libre puede dejar manchas de agua, especialmente si hay minerales en el agua que utilizaste.
Solución: Usa una toalla de microfibra seca para secar el auto después de enjuagarlo, asegurándote de no dejar manchas de agua.
8. Olvidar limpiar las ruedas y llantas
Las ruedas y llantas acumulan mucha suciedad, grasa y polvo de frenos, y a menudo se pasan por alto durante el lavado del auto.
Solución: Utiliza productos específicos para limpiar llantas y una brocha adecuada para asegurarte de que estén tan limpias como el resto del vehículo.
9. No prestar atención a los detalles interiores
El interior del auto también necesita atención. Muchas veces nos enfocamos en la carrocería y olvidamos los interiores, que acumulan polvo, manchas y desechos.
Solución: Utiliza limpiadores multiusos específicos para interiores, como para tableros, tapicería y alfombras, y no olvides proteger plásticos y vinilos con productos humectantes.
10. Usar demasiada presión al frotar
Frotar con demasiada fuerza puede causar arañazos, especialmente si hay partículas de arena o suciedad en la superficie.
Solución: Lava suavemente con movimientos delicados y utiliza mucha espuma para crear lubricación entre la superficie y el guante o la toalla.